domingo, 17 de marzo de 2019

PROYECTO: 100 MOCHILAS DE SANSANA

Un día de marzo, vinieron un par de profesores, invitados por nuestra coordinadora de CAS, para hablarnos de su proyecto, la ASOCIACIÓN ESCUELA SANSANA.

Nos contaron que en un viaje de profesorado en Burkina Faso, estuvieron visitando algunas escuelas de la zona, y se quedaron impactados al ver la precariedad del sistema educativo. Como profesores, no pudieron dejarlo pasar por alto, así que crearon la asociación que lleva el nombre del primer pueblo en el que trabajaron, Sansana. Mediante voluntarios, conseguían fondos y, de manera completamente desinteresada, llevaban a cabo iniciativas para desarrollar la educación en el lugar.

Pero ahora nos tocaba a nosotros. Nos contaron la gran falta de material escolar para los niños. Especialmente porque al crecer tan rápidamente la asociación, la demanda había aumentado considerablemente. Así, nos propusieron una iniciativa, conseguir mochilas llenas de material que pudieran mandar a Burkina Faso.

Debatiendo con los compañeros, decidimos que debíamos tomar este proyecto como un reto para todo el instituto. Así, se nos ocurrió la idea de llamarlo LAS 100 MOCHILAS DE SANSANA. 

Una vez que ya teníamos la idea en la cabeza, nos dimos cuenta de que teníamos que hacer una gran labor de planificación, movilización y administración de recursos.

Basándonos en lo que nos recomendaron los compañeros de Escuela Sansana, acordamos que debía haber en cada mochila, cómo recogeríamos los materiales y cómo haríamos que la gente participara en esta iniciativa.

Así, comenzamos la labor de difusión, la cual realizamos durante varias semanas.
Diseñamos múltiples carteles con los materiales que debía haber, y fuimos pasando por cada clase de los diferentes edificios del instituto explicando de qué se trataba nuestro proyecto y cómo podía colaborar cada uno.
Preparamos unas cajas que estarían situadas en los pasillos del instituto y que recogerían los materiales donados por cada alumno.

Nos pusimos como plazo hasta finales de junio para permitir que la mayor cantidad de gente pudiera participar. 

Otra de nuestras iniciativas, fue que en el caso de los calcetines que necesitábamos mandar, no podíamos mandar aquellos que estuvieran usados. Por ello, organizamos un bote en el que todos podían colaborar para la compra de calcetines nuevos para mandar.

Cuando terminó el plazo para recolectar material nos tocaba a nosotros la labor de contar, organizar y repartir el material recolectado en las diferentes mochilas.

Yo diseñé esta Chek list que nos ayudaría en la organización de cada mochila, y que indicaría si una mochila está lista para su envío.

Tras largas jornadas preparando mochilas, quedaron todas organizadas y listas para ser enviadas. 

Nuestra gran sorpresa fue, cuando meses después, nos llegó una preciosa foto de los niños en Sansana con nuestras mochilas listos para estudiar. 

Nuestro trabajo se vio recompensado con esa bonita foto, y cerramos así nuestro proyecto de las 100 MOCHILAS DE SANSANA.


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